viernes, 4 de noviembre de 2011

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO II

De qué nos estamos dando cuenta, qué Dios es misericordioso. ¿Y nosotros?

Jonás 4:3-4 Ahora pues, oh Jehová, te ruego qué me quites la vida; porqué mejor me es la
muerte qué la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?

Fíjense hasta donde llega su enojo y todavía el Señor se acerca con mucho amor. Cuando nos
enojamos tenemos qué pensar qué el Señor está junto a nosotros y el Señor nos está diciendo:
¿Y es bueno Leandro qué te enojes tanto? Fíjate para qué el Señor venga y te pregunte: ¿es
bueno?

Jonás: 4:5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una
enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.

¿Qué estaba esperando? Qué viniera Dios y destruyera la ciudad.

Jonás 4:6-11 Y preparo Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para qué hiciese
sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegro grandemente por la
calabacera. Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparo un gusano, el cuál hirió la
calabacera, y se secó. Y aconteció qué al salir el sol, preparo Dios un recio viento solano, y el
sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor seria
para mí la muerte qué la vida. Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera?
Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. Y dijo Jehová: Tuviste tu lastima de la
calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; qué en espacio de una noche nació,
y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquélla gran ciudad
donde hay más de ciento veinte mil personas qué no saben discernir entre su mano derecha y
su mano izquierda, y muchos animales?

¿Qué hubieras contestado tú cuando el Señor pregunta: Tanto te enojas? Lo mismo, si me
enojo mucho y hasta la muerte porqué ya me choco qué los perdones. Las personas qué
están en la escritura son seres humanos como nosotros y estos qué están ahí piensan como
nosotros. Por segunda vez le dice Dios: Te enojas tanto Jonás, si me enojo mucho y hasta la
muerte, estoy hasta el gorro prefiero morirme.

¿Quien de aquí no se ha enojado hasta la muerte? A todos nos ha pasado ¿Porqué lo pone
Dios? Para todos. Todo lo qué está escrito es para nosotros.

¿Qué es lo qué dice Dios? Tú te enojas por la calabacera, te enojas por eso y dice Dios: No
debo tener yo misericordia sobre una ciudad donde hay ciento veinte mil personas. ¿Cuál era

el problema qué tenían? No podían entender ni siquiera cuál era su mano derecha y cuál era
su mano izquierda. ¿Qué quiere decir? No sabían qué estaban haciendo bien, qué estaban
haciendo mal, no sabían. ¿Qué era necesario? Ir a predicar, ir a decirles este es el mensaje de
Dios y entendieron el mensaje de Dios, tan lo entendieron qué dice qué el rey proclamo un
ayuno y hombres, niños y animales, todos iban a ayunar. El Señor los perdona.

Pero nosotros los fariseos, porqué todos somos fariseos, ¿Qué hubiéramos dicho? ¡Acábalos
Señor, yo me voy a sentar y voy a ver como cae fuego del cielo y acábalos Señor!

Vamos a leer el siguiente versículo qué le aplica al hijo mayor, a Jonás y por lo tanto también
me aplica a mí, por eso dice Pablo: de los pecadores, yo soy el número uno.

Santiago 1:19-20 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse; porqué la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Llegan las personas qué quieren hablar con nosotros y no los dejamos hablar, ya no hubo
forma de hablar, ni de arreglar, ni de discutir. ¿Qué tenemos qué hacer cuando vamos a hablar
con los hermanos? Primero oímos, después de oír, por eso dice, prontos para oír, tardos para
hablar y mas tardos para alegar.

Si esto lo aplicáramos en nuestra vida, primero escuchar qué quiere decirme, cuantas veces la
hemos regado por no escuchar y qué quería la otra persona, nos enojamos y el otro también
se enoja porqué no somos capaces de escuchar. No implica si es un problema muy grande,
Cuando tu vas a interactuar con una persona, lo primero qué tienes qué hacer es oír, mientras
tú me estás hablando, yo soy tardo para hablar, mientras yo estoy pensando qué decir y
tratando de entender qué es lo qué te paso, y ya qué pasa todo esto, voy a ser mas tardo
todavía para alegar. Lo dice la escritura en Proverbios, quieres pasar por sabio, cállate la boca.

Está actitud del hermano, es la misma qué nosotros tenemos, porqué nosotros pensamos y
decimos: Yo, a mi si qué el Señor me perdone pero ustedes han hecho mal y qué el Señor los
castigue. Siempre qué nosotros juzgamos de una manera qué es lo qué estamos haciendo, nos
estamos autojustificando. Yo no he hecho nada, tu si has hecho, nos ponemos a pensar qué el
hermano nunca había hecho nada, por supuesto qué si había hecho muchas cosas, pero él no
se estaba viendo a sí mismo, el estaba juzgando al hermano y como hizo un pecado grandote,
pues entonces castigo grandote.

Eclesiastés 7:9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porqué el enojo reposa en el seno de
los necios.

Debemos de aprender a estar tranquilos. ¿Qué es lo qué nos pasa a todos? Si vamos a lo qué
acabamos de leer en Santiago qué dice Dios: “pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse”. Nosotros como seres humanos, por eso lo dice Dios y fíjense qué Dios siempre piensa
al revés qué nosotros, siempre piensa al revés, por eso dice: mis pensamientos no son vuestros
pensamientos.

¿Nosotros qué hacemos? Primero me enojo, después yo hablo y luego te escucho. ¿Y qué dice
Dios? Así no, así no es, así no debe ser, por eso dice: Deben controlar su enojo, no te apresures
en tu espíritu a enojarte; o sea debes estar tranquilo porqué dice qué el enojo “reposa en el

seno de los necios”. ¿Qué quiere decir? ¿Como es el necio? ¿Siempre está listo para qué? El
necio siempre está listo para enojarse y cualquier cosa le molesta. El necio Trae un problema
enorme, venimos cargando con la viga y cargando una viga cualquier gente se molesta.

Proverbios 19:11 La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.

¿Como tienes qué ser? ¿Qué quiere decir actuar con cordura? Detenerse a pensar

¿Por qué nos enojamos? Porqué pedimos y pedimos mal ¿Para qué pedimos dice Santiago?
Para nuestros deleites de la carne. La carne, la víscera nos va llevando siempre hacia el enojo.
Tenemos que aprender a controlarla. Si el hermano se hubiera calmado, si el hermano mayor
hubiera pensado para hablar con el padre antes (pronto para oír, tardo para hablar, tardo
para airarse), ¿Qué hubiera dicho? Pues ya pensándolo bien papa qué bueno qué regreso
mi hermano, tiene problemas, pero qué bueno qué regreso. Si nosotros lo pensamos, no se
hubiera enojado con el papa.

Pero reclamo, reclamaciones de quien, de nosotros qué creemos qué merecemos. Ahora ¿Han
ustedes medido todas las bendiciones qué recibimos a diario por parte de Dios? ¿Qué es lo
qué medimos? Las malas y decimos: Hoy me levante con dolor de cabeza, hoy no había de
desayunar lo qué yo quería, hoy se me hizo tarde y me enojo. Y luego me voy caminando y el
metro no pasa. Y cuando llegamos a la iglesia qué decimos: Dios no me trata como yo quiero,
no soy favorito, no es lo qué Dios me da sino lo qué yo creo merecer y como yo soy lo máximo
yo merezco tener una cuenta bancaria, una estrella de Hollywood como esposa, etc.

Al final de cuentas ¿A quien está juzgando el hijo mayor? Al papa, qué es lo qué hacemos
nosotros al estar enojados, como dice el dicho, está enojado con la vida; no, no está enojado
con la vida, está enojado con Dios porqué no le ha dado Dios lo qué él dice merecer, una cosa
es lo qué tu digas y otra cosa es lo qué Dios te da qué tu mereces.

No te das cuenta de qué amaneciste vivo, no te das cuenta de qué hoy te pudiste parar de la
cama, pero hay gente qué no se puede parar de la cama por enfermedad; no pasa el metro,
hay gente qué no tiene dinero ni para el metro; tú piensas qué eres pobre, hay gente qué si es
pobre.

¿Quieres estar en honra? ¿Quieres estar en honra delante de Dios? Pasa por alto la ofensa

¿Para el hijo mayor cuál es la ofensa? Tantos años qué estoy aquí contigo y no matas un
becerrito, esa es la ofensa y le reclama al papa.

Cuando Saúl fue puesto como rey y ungido como rey sobre todo Israel hubo gentes qué dijo:
¿Este nos va a gobernar, este va a ser rey sobre Israel? ¿Y saben qué hizo Saúl? Disimulo. ¿Qué
quiere decir? Me están criticando, critíquenme lo qué quieran, simplemente yo voy a disimular
todo lo qué ustedes me están diciendo porqué una cosa es importante, yo no estoy aquí como
rey de Israel porqué a mí se me ocurrió, yo estoy aquí como rey de Israel porqué Dios me
nombro.

¿Quien no ha recibido una ofensa? ¿Quieres tener honra delante de Dios? Pasa por alto la
ofensa

¿Qué hacia Jesucristo? ¿Qué le decían? Tú eres hijo de Belcebú. ¿Qué dijo el Señor? ¿Qué hizo
el Señor? Nada, dijo: ustedes creen qué yo soy hizo de Belcebú, el chiste es qué “ustedes”
creen qué yo soy el hijo de Belcebú, el asunto primordial, ¿donde radica? En qué yo creo qué
yo soy el hijo de Dios, el problema lo tiene quien, tú tienes el problema porqué tú crees qué
soy hijo de Belcebú, pero yo soy hijo de Dios. Ustedes se van a burlar de mi pero a eso vine y
esto es lo que yo tengo qué cumplir pero yo sé de donde vengo y yo sé cuál es el trabajo qué
tengo qué hacer.

Igual nosotros Hermanos, lo qué nosotros tenemos qué entender, ¿qué es? Nosotros
somos hijos de Dios y ¿qué va a decir la gente? Tú eres aleluya, tú eres hija de Satanás, tú
estás endemoniada. ¡Pasen por alto! No voy a discutir contigo para decirte qué yo no estoy
endemoniado, dime lo que quieras, yo sé qué ni estoy endemoniado, ni soy hijo de Satanás, yo
sé qué soy hijo de Dios y todas las cosas qué me digan, yo las paso por alto.

¿Qué hizo el papa? Las paso por alto. ¿Cuál fue la respuesta final del papa? Mi hijo se había
perdido y es hallado, lo qué tu me estás diciendo reclamándome en este momento no me
importa, lo qué a mí me importa, volvemos a lo mismo, volvemos a Dios, volvemos a este
padre qué es a semejanza de Dios, ellos saben lo qué están haciendo, el hijo de Dios sabe
lo qué está haciendo y sabemos hacia donde vamos caminando. Soy hijo de Dios y voy
caminando hacia vida eterna. Qué el Señor los bendiga. Amén.

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

Cuando leemos la parábola del hijo prodigo por lo general siempre hay algo en lo qué no
ponemos atención o no leemos, la continuación de la parábola, porqué la parábola no termina
cuando el hijo regresa, sino qué la parábola continua y habla de un hijo, el hijo mayor.

Nosotros como hermanos en la Iglesia muchas veces tenemos diferencias de opinión, pero
todos debemos de tener un crecimiento, por eso dice la escritura en Hebreos 5:12 “…debiendo
ser ya maestros…” ¿Qué quiere decir debiendo ser ya maestros? ¿Qué deberíamos de dar
clases? No, significa qué ya sabes, en las versiones más antiguas de la biblia a los maestros de
la Ley se les llamaba doctores de la Ley, qué quiere decir qué sabía mucho. Lo qué el Señor
quiere es qué aprendamos mucho y qué seamos maestros en el conocimiento, no quiere decir
qué debamos de dar clases, lo qué quiere decir es qué debemos de saber.

Cuando nosotros vamos creciendo espiritualmente, surgen dos problemas o uno de los dos
y es verdad, en el conocimiento de las cosas qué son del Señor nos volvemos humildes o
al revés, nos hace soberbios y cuando alguien llega nuevo o cuando alguien tropieza ¿Qué
hacemos nosotros? Nos enojamos y decimos: ¡Ah claro, tenía qué ser fulano o perengano
porqué no tiene ningún crecimiento y no ha querido crecer! ¿Qué decimos? ¿Viene al estudio?
¡No! ¿Participa en algún trabajo de la iglesia? ¡No! Se le llama para ayudar en algo, ¿Y viene?
¡No! Entonces, ¿Qué decimos si le está pasando algo? Claro, se lo merece, no viene.

Nosotros para juzgar somos muy duros, qué bueno qué leímos hace rato ese pasaje “…si ves
la paja en el ojo de tu hermano, ¿Qué debes hacer? Primero quítate la viga de tu ojo para
verdaderamente poder ayudar a tu hermano”. Pero no estamos hechos para eso, nos es muy
difícil juzgar, por eso dice el Señor qué mejor no juzguemos, si podemos juzgar, pero mejor no
lo hagamos porqué cuando juzgamos, actuamos mal, juzgamos siempre mal, somos muy de
vientre o muy viscerales, cuando alguien nos cae mal o por alguna razón algo no resulta bien
le echamos toda la culpa y decimos: Es por esto, es por lo otro, claro, no se merece eso, se
merece más y yo creo qué no se ha dado cuenta lo qué Dios todavía le tiene.

Porqué somos así, muy incisivos, esto yo lo he dicho y yo se los confieso hoy: ¿Qué pasaría
si fuéramos Dios? Si yo fuera Dios, el mundo hoy ya no existiría, por la maldad, por la
delincuencia, la corrupción, por todo lo qué hay hoy en el mundo, la bola de homosexuales y
abortos y todo, si yo fuera Dios, hoy ya no existiría el mundo.

Pero, ¿Qué es lo qué pasa? O sea, ¿Por qué existe el mundo aún? Porqué Dios así lo quiere
y Dios todavía tiene misericordia de la gente, o sea, ¿Qué quiere decir? Dios todavía está
esperando qué la gente cambie, qué la gente se arrepienta; pero conforme la gente se va
arrepintiendo, ¿Qué empezamos a decir los qué estamos en la iglesia? ¡Ah pues qué fácil, nada
mas llegan, se bautizan y ya, ya son de la iglesia, no hay ningún problema y a mí me ha costado
un trabajo! Si, te ha costado un trabajo porqué tú eres un soberbio y tú eres un desobediente
a las cosas qué son de Dios.

Nos gusta medir los pecados, por eso se dice: “con la vara qué mides, con esa te van a medir”,
nos gusta medir los pecados y, ¿Qué hacemos con los pecados, como son los pecados míos?
Chiquitos y, ¿Como son tus pecados? ¡Grandes, tu eres adultero, fornicario, tú te vas a ir al
infierno, yo tengo pecados chiquitos, yo de repente tengo malos pensamientos! Lo qué no
logramos entender es qué ya sean pecados chicos o grandes, te vas a ir al infierno si sigues en
lo mismo, y nosotros mientras pensamos qué a mayor pecado, mayor castigo.

Leamos Lucas 15:25-32 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la
casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle
recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le
rogaba qué entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no
habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis
amigos. Pero cuando vino este tu hijo, qué ha consumido tus bienes con rameras, has hecho
matar para él el becerro gordo. El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis
cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era
muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

¿Ustedes creen qué haya una persona en el mundo qué nunca haya desobedecido?

Fíjense, ya no es su hermano, es tu hijo. ¿Quienes son mis hermanos? ¿Todos son mis
hermanos aquí? ¿Cuál es la condición para ser hermanos? Con excepción de los qué no se han
bautizado, teniendo el mismo papa, todos somos hermanos; pero parece qué cuando algo
se hace mal, ya no eres mi hermano, son tus hijos Señor. Y entonces al contrario, en lugar
de quedar bien delante del Señor, quedamos mal delante de Dios porqué queremos ser muy
rectos, muy fariseos y entonces cuando alguien hace mal en la iglesia nosotros decimos: hizo
mal, no decimos, es mi hermano.

Para qué tú seas mi hermano necesitas hacer las cosas bien delante de mí, yo soy el qué te voy
a juzgar y si tú haces las cosas bien a lo qué yo veo, entonces eres mi hermano, pero si tu no
haces las cosas a mi forma de ver, tu ya no eres mi hermano, eres hijo de Dios ya dice: Tu hijo,
pero ya no dice: es mi hermano.

“…Cuando vino este tu hijo, qué ha consumido tus bienes…” Esto es verdad o es mentira. Es
mentira, ¿Qué fue lo qué se llevo el hermano? Su parte, el hermano mayor tiene integra su
herencia porqué cuando el hermano se fue, ¿Qué se llevo, qué dijo? Dame mi parte, repito,
el hermano tiene integra su herencia, tan no se acabo todo qué el padre siguió teniendo
criados, animales, hacia fiestas, es decir, todavía tenía dinero. El hermano mayor responde con
mentiras.

Tenemos qué entender el amor del padre. Primero, ¿Como actúa el padre con el hijo menor
qué se fue y gasto todo? Regresa el hijo arrepentido y lo recibe, ahora, el hijo grande se
enoja y dice una bola de mentiras, lo qué tenemos que entender del amor del padre es como
responde el padre ante el hijo qué se fue y su dinero se lo gasto con rameras, toda la herencia
qué se le dio ya se la gasto.

¿Qué es lo primero qué hubieran dicho ustedes? ¡No es cierto! ¿Como papas qué hubiéramos
dicho? No es cierto, porqué el dinero aquí sigue estando. ¿Qué es lo qué tenemos que
entender? Qué somos fariseos, somos muy legalistas, lo primero qué hubiéramos dicho es:
¡No es cierto, toda la hacienda no está perdida, lo único qué está perdida es “su” herencia,
además, no se lo gasto en rameras! ¿Además? Siempre nos queremos justificar.

¿Qué dijo el padre? ¿Cuál fue la condición del padre? Hay algo más importante qué el dinero.
¿Se le dio el dinero y lo perdió? Si. ¿Estuvo mal o no estuvo mal? Si, estuvo mal, pero regreso
arrepentido, eso estuvo bien. ¿Cuál es la importancia qué le da ahora el padre a todo esto? Al
arrepentimiento. ¿Y qué le contesta el papa al hijo mayor? Mi hijo se había perdido y ahora es
hallado.

¿Tiene algún valor el dinero? No, no tiene algún valor el dinero. ¿Qué era lo importante en
esto? Qué el hijo qué se había perdido, ahora es encontrado. Eso es todo, si se pierde o no se
pierde, si se lo gasto en rameras, eso no es importante, no es trascendente lo importante es
qué ya se arrepintió y no vamos a discutir, eso es lo qué tenemos que entender.

Cuando tenemos mucha soberbia y queremos ser fariseos, ¿Qué es lo qué queremos hacer?
Discutir. ¿Para qué queremos discutir, quien tiene la razón? La razón siempre la tengo yo, por
eso nos gusta discutir porqué pensamos qué tenemos la razón.

¿Qué es lo qué está diciendo el papa? ¿Está dando pie a una discusión? No. ¿Qué le está
mostrando el papa? Le está mostrando su corazón, le está diciendo: el dinero qué se perdió no
me importa, lo qué me importa es qué mi hijo ya regreso arrepentido, estaba perdido, estaba
muerto.

“…Todo lo qué ha habido durante todo este tiempo es tuyo…” Y eso no nos damos cuenta
nosotros delante de Dios y nosotros nos peleamos y decimos: ¿Porqué a fulano si lo perdonas
y porqué a perengano si lo perdonas? Y nosotros luego decimos: Y yo tanto tiempo estoy
aquí en la iglesia y no me das bendiciones Señor, ¿Qué estamos esperando? Y, ¿Por qué al
otro le das y porqué le perdonaste mucho? Debiste haberlo castigado, casi echarlo al infierno
para qué se dé cuenta de donde estaba. Así no actúa Dios, esas son ideas y razonamientos de
nosotros, pero Dios no actúa así.

Vamos a tratar de entender cuál es la mente de Dios con la mente de alguien qué está
actuando mal. ¿Se acuerdan de la historia de Jonás? Jonás es llamado por Dios y le dice: Tienes
qué ir a Nínive, pero Jonás dijo: Yo no voy a ir a predicarles y ya se saben toda la historia, qué
vino una ballena, etc. El problema está en lo qué hace Jonás, lo vomita la ballena y entonces
qué hace Jonás, tengo qué ir a predicar a donde dijo Dios. Vamos a ver qué sucede con la
predicación de Jonás.

Jonás 4:1:2 Pero Jonás se apesadumbro en extremo, y se enojó. Y oró a Jehová y dijo: Ahora,
oh Jehová, ¿no es esto lo qué yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir
a Tarsis; porqué sabía yo qué tu eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande
misericordia, y qué te arrepientes del mal.

¿Por qué estaba enojado? Porqué te arrepientes y eres muy misericordioso, no le pasa lo
mismo al hermano del hijo prodigo, estoy muy enojado porque tu mataste al becerro y tu eres

muy misericordioso.

Seamos francos o no, ¿Qué decimos? Lo qué yo digo es qué él qué la hace la paga y yo soy muy
derecho y muy justo, el qué la hace, la paga. Y todos los narcotraficantes qué agarran y qué los
matan y qué los encuentran muertos allá en Veracruz, se lo merecen. Y si nos mandara Dios
un día a predicar a los narcotraficantes, vete a los caminos perdidos de allá de Tamaulipas,
metete a las brechas y búscalos y predícales. ¿Qué diríamos? Qué nadie les prediqué. ¿Para
qué? Para qué cuando se mueran se vayan al infierno. ¿Ese es el pensar de Dios? No, ese no es
el pensar de Dios.

sábado, 1 de octubre de 2011

Un hombre para ser completo.....

"Un hombre para ser completo, ha de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro." Esta frase se atribuye al poeta cubano José Martí.
En cuanto a plantar y cuidar un árbol considero que en estos tiempos tan industrializados es un deber moral de todos con nuestro planeta y esa es una forma de devolverle algo, aunque hay muchas otras formas: cuidar el agua, reciclar, separar la basura, etc.  Lo importante es que todos debemos de contribuir con el cuidado de nuestra bella tierra.  En el 2009 la población mundial era de 6.8 mil millones de habitantes, debería de existir una ley que obligara a cada ser humano a realizar una labor en beneficio del planeta, sería fabuloso, pero aunque eso es algo difícil de lograr podemos empezar por nosotros mismos. Esto está en nuestras manos.
Tener un hijo, es una bendición y debemos de estar preparados para ese instante. No es fácil ser padre, se dice que a partir de ese momento ya no vas a dormir hasta el día en que se casen.  Cuando se es padre, considero que lo más importante es influir en ese niño para que sea una persona de bien.  Recuerdo un anuncio en donde se encuentra un bebe dormido y dice un letrero: los niños no nacen delincuentes; en algún momento de su vida alguien influyo y los principales responsables son los papas.  Decía un amigo en su blog que fue al seguro social y parecía un desfile de adolescentes embarazadas.  Como puede alguien tan joven y con mil y un inseguridades por resolver criar a otro ser humano, no le va a ser fácil.  Para todo se tiene una edad y esto es algo que se debe de planear en la medida de lo posible.  La gente en el mundo padece de muchas inseguridades y estas nacen en la niñez, en la juventud.  No queremos niños violentos, tristes, traumados, queremos niños alegres, seguros de sí mismos, con ganas de cambiar al mundo.  Para ser padre, lo recomendable es que ya seas en la medida de lo posible, un hombre completo.
En cuanto a eso de escribir un libro, alguien escribía en su blog “Cualquier persona no está dotada de las cualidades necesarias para lograrlo. Y además, eso de la publicación parece estar muy, pero muy difícil”.  A esto agregaría que una vez publicado ¿Cuántas personas van a leerlo? Hasta hace poco las cifras en México era que los mexicanos leían 0.5 libros en promedio al año, las últimas cifras señalaban que el promedio era de 2.9 libros al año, aunque 40% de quienes declararon leer no se acordaron del título de algún libro y 42.5% leía libros de texto.  ¿Cómo para que escribir algo que nadie va a leer? Los jóvenes de ahora ya no leen. En la encuesta se señala que el libro más leído es la Biblia, algo que reconforta. A través de la lectura se puede viajar por el tiempo, viajar por los lugares más recónditos de la tierra, aprender cientos de experiencias, etc., y así vivir y crecer.  Debemos de leer.
Falto lo más importante en la frase del poeta y esto es: Aprender a amar. Para que un hombre sea completo tiene que aprender a amar, de que me serviría todo lo anterior sino se amar. Primero, aprender a amarse a uno mismo para poder amar a los demás.  ¿Y qué es el amor? La definición de amor según la Biblia es la siguiente:
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Cuando el hombre aprende a amar, es una persona completa.  El aprender a amar es una decisión que tenemos que tomar. Está en nuestras manos. Lo demás vendrá por sí solo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Bienvenida

Aquí estamos con el proyecto llegando a los blogs en internet gracias a todos los que nos han apoyado. Háganle promoción al blog